El pasado jueves 25 tuvimos la oportunidad de disfrutar de un entrenamiento muy especial. Recibimos la visita de Pinto Goldbats, un equipo muy jovencito y al que pudimos acompañar en su primera experiencia jugando al tackle contra otro equipo después de más de una temporada preparándose en solitario. Los pinteños nos pidieron que les echásemos una mano para ir acumulando experiencia y quitarse el precinto jugando, por fin, cara a cara contra equipo.
No hace mucho tiempo éramos nosotros los que llamábamos a las puertas de Camioneros de Coslada o Black Demons de las Rozas buscando ayuda y rodaje cuando aún éramos unos pequeños e inocentes Jabatos que entrenaban en un campo de tierra. Por eso, y porque esto nos encanta cualquier día y a cualquier hora, nos convenció la idea desde el minuto cero y recogimos encantados el guante que nos lanzaban los Goldbats.
El scrimmage (así es como llamamos a este tipo de entrenamientos conjuntos) consistió en una serie de jugadas para cada el ataque de cada equipo durante 20 minutos y, posteriormente, 30 minutos de partido a tiempo corrido. Por supuesto, la intención de este entrenamiento no era otra que la de ayudar y divertirnos por lo que los golpes tardíos estaban terminantemente prohibidos y en todo momento se veló por cuidar de los jugadores.

Foto (disculpad la calidad) de familia del scrimmage
Durante la tanda de jugadas ofensivas de Pinto pudimos ver cosas muy positivas. Un juego centrado en la carrera off-tackle, por puras patas de su runningback, aunque no dependiente de ello necesariamente. Su quarterback tiene una línea grande capaz de darle tiempo y no le da miedo soltar el cañón cuando es necesario. Aunque fue interceptado en dos ocasiones por nuestra defensa, un bombazo en una de sus últimas jugadas le permitió conectar un touchdown de 30 yardas aprovechando una empanada de nuestra secundaria y demostrando que no se achanta ante nada ni nadie. En defensa, por su parte, los Bats pagan la falta de experiencia. Agerridos, peleones y bien intencionados, pero aún vulnerables a la options, reverses y demás jugadas “fuera de lo normal”. La experiencia y el trabajo les traerán la mejora, sin duda.
Finalizadas estas series que les permitieron comenzar a acostumbrarse a tener un equipo diferente delante, comenzamos con el partido amistoso. Drives desde la 25, punts y extra points, pero sin kick off. Nuestra defensa supo contenerles y lograban algún primer down con mucho sufrimiento gracias a pases cortos y a las piernas de su runningback, que se lanzaba de cabeza sin pensarlo. Nuestra ofensiva, por su parte, a lo suyo. Contundencia, entrega y oportunidad genial para dar minutos a los menos habituales durante el año y para disfrutar del debut de Aitor #15, que después de todo el año entrenando con nosotros sin jugar partidos nos dio la alegría de anotar tres touchdowns en su primer partido frente a otro equipos.
Al final del partido, en la última jugada, Pinto supo encontrar su oportunidad. Después de no haber bajado los brazos en ningún momento y cuajando un buen drive, este sí, moviendo cadenas, se plantaron en nuestra yarda 40. Allí supieron aprovechar un despiste defensivo y un desajuste de los linebackers para correr por fuera y llevar el balón hasta nuestra end zone. Muy merecido touchdown que ojalá sea el primero de muchos para Goldbats (aunque claro está, ojalá el último contra nosotros).
Al final del entrenamiento, saludos, fotos y buenos deseos. Pinto Goldbats es un proyecto con futuro, cimentado sobre mucho trabajo en la sombra y con jugadores muy prometedores. Nuestro consejo para ellos, que sigan currando, entrenando y disfrutando. Ojalá les veamos el próximo curso disputando la LMFA, acumulando más experiencia y creciendo. El equipo pinteño es una de tantas buenas noticias para el football de nuestra comunidad y es que, le pese a quien le pese, Madrid juega… ¡Madrid juega mucho!