Sacrificio, entrega y remontada en un debut de lo más complicado

Las primeras veces nunca son fáciles. Las primeras veces, si no llevas ni dos años jugando a esto, son menos fáciles todavía. Conscientes de ello nos enfrentamos el pasado domingo a nuestro primer partido de Liga Nacional y lo cierto es que, por momentos, se mascó la tragedia típica de las difíciles primeras veces.

Sin haber saltado siquiera al campo ya nos llevamos el primer jarro de agua fría. Y no, no estamos hablando de la lluvia que nos acompañó durante buena parte del partido. La primera complicación del partido era que no íbamos a contar en la banda con nuestro head coach, Carlos Vallespín. Una lesión de tobillo le impedía mantenerse en pie y creernos cuando os decimos que para que una lesión tumbe a Vallespín, ya puede ser algo serio. De parte de todo el equipo y el staff le dedicamos este partido, lleva dos años largos luchando por nosotros y lo pasó realmente mal/bien con la retransmisión vía whatsapp. Sin ti no estaríamos aquí, gracias Coach.

Al final, a la hora pactada, comenzó la contienda. Y arrancó como suelen hacerlo nuestros partidos, genial… para el otro equipo. En el primer drive del partido, dos carreras largas valieron al QB de los alfareros, John Ovando #12, para penetrar en nuestra end zone y conectar posteriormente un pase en el extra game para colocar el 0-8 en el marcador. Las peores sensaciones se apoderaban de nosotros. Temíamos vivir un capítulo más de nuestro particular día de la marmota y llevarnos un golpe muy duro en casa, ¿otro día más pastando en la dehesa? pero en contra de lo que se comentan en los almanaques comenzamos a reponernos.

Una intercepción de nuestro «todo en uno» Adrián #9 le facilitaba el trabajo a nuestra ofensiva y Martín, nuestro RB #23, comenzaba con su idilio anotador logrando el primer touch down de jabatos en Liga Nacional. Smilodons contestaba rápido y convertía otra buena acción ofensiva en touch down y extra game. 6-16 para ellos, que supieron aprovechar los errores de nuestra defensa, que concedió más de 40 yardas de penalización solo en ese drive. Por suerte, Martín acudió al rescate. Touch down de nuestro rocoso corredor y extra game impresionante de Adri, que cazaba una bola imposible «in extremis» de la endzone. Dos de nuestros compañeros más eficaces durante todo el partido unidos para poner el 14-16 con el que fuimos al descanso.

En el vestuario la tensión se cortaba con un cuchillo, estábamos concentrados, enchufados y nuestro juego ya había dado muestras de mejora. Una charla extraña de nuestro querido coach Zarzuelo en el que 15 perros salchichas se comían a un Jabato, sí, un jabato, atentaba contra nuestra concentración, ¿nosotros éramos perros salchicha? por favor que alguien le cuente historias épicas de jabatos que será que no habrá, pero bueno mensaje captado, «si eres Jabato evita los pipicanes con ejemplares que presenten taras evolutivas», ¿o era? «si te vienen 15 sal corriendo por pequeños y mal nutridos que parezcan», pero no, ¡nosotros éramos los perros salchicha!, así que solo podía ser que «por muy feos, pequeños, débiles y amorfos que seamos, si nos unimos, cenamos Jabato». Pero oye que si nos cuentas como 15 Jabatos se meriendan a un Obelíx con marmita y todo, nos habría gustado hasta más.

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Fotografía: Paco García Otero

Salimos a por todas en la segunda parte. Tanto fue así que hasta la lluvia nos dio una tregua y permitió que nuestro juego defensivo mejorara y se equiparara al nivel del ataque. Conexión entre nuestros dos quarterbacks para adelantarnos en el marcador. Pase de Bonati #18 a Sergio #12 que ejerció de receptor en este partido para que, quién si no, Martín con el extra game pusiera el 22-16 en el luminoso. Primera ventaja para nosotros y de ahí a defendernos.

A pesar de que la intensidad defensiva subió, un excelso John consiguió zafarse de los nuestros una vez más, para empatar el partido y ponerle un punto de tensión y emoción al encuentro. Eso sí, desde el 22-22 nos soltamos la melena. Los ajustes defensivos surtieron el efecto deseado y el ataque siguió a lo suyo. La línea abría huecos que parecían autopistas y nuestros corredores seguían moviendo cadenas vertiginosamente. Hasta que su defensá nos paró bien al final del 3er cuarto y nos vimos obligados a despejar con un punt, grandísma patada de despeje que dejaba la bola muerta en la yarda 5 de los amarillos y que en un despiste de uno de ellos la tocó convirtiéndola en viva y rápidamente recuperada por nosotros, lo que nos devolvía el ataque a un suspiro de su endzone; esto fue un duro golpe en los ánimos felinos que veían peligrar el empate. Según comenzaba el 4º cuarto, nos aprovechamos de la situación y Diego, RB #20 y desde ya candidato a rookie jabato del año hacía valer su tremenda velocidad para colarse en la end zone alfarera. Bonati pondría la puntilla con una carrera de QB y nos colocábamos ya con 30 puntos en el marcador.

La defensa hizo bueno un pase deflectado en una situación de 4ª y largo para darle al ataque la oportunidad de rematar el partido. En esta ocasión, como en tantas otras, nuestros jugadores ofensivos no fallaron. Y en concreto Martín, sí, una vez más Martín. Touch down y extra game para el número 23 y el partido se quedaba en casa. 38-22, resultado que no refleja la tensión e igualdad que se vivió hasta nuestro afortunado punt. Mucho ánimo a nuestro noble rival.

En definitiva, fue un partido genial para los espectadores, todo un carrusel de emociones y locura sobre el césped y el barro. Mención de honor para la línea de ataque, la seguridad de Bonati, la potencia y calidad de Martín y la mejora de una defensa que no para de crecer y en frente un rival que no lo puso nada fácil durante casi todo el partido hasta que perdió la concentración.

Próximo rival, Toros de Arganda a la vuelta de las navidades. Buscaremos alargar nuestra racha y seguir con las grandes sensaciones que estamos transmitiendo últimamente. En Arganda nos jugamos mucho más que el orgullo, a ver si 15 jabatos mosqueaos o los que seamos, pueden impornerse a un ganado vacuno que nos tiene a raya, nuestro Obelíx particular, allí nos veremos.

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